Es el segundo año que sembramos habitas ecológicas en la calle donde hemos comprobado que crecen de manera robusta, siendo probablemente la leguminosa más adaptativa a las bajas temperaturas. En nuestro caso hemos repetido con las variedades mucha miel y la distinguida agua dulce más propia de agricultura ecológica. Ya han comenzado a asomar las primeras flores y no dentro de mucho podremos recoger su fruto envainado antes o después de semana santa. Históricamente las habas están presentes en nuestra alimentación desde la aparición de la agricultura. Parece ser, que tienen su origen en la Asia Menor y el Norte de África y es uno de los cultivos más antiguos del mundo. Existen testimonios de su siembra en el periodo Neolítico – 6.000 años a.C, por tanto, ya eran conocidas por los antiguos egipcios, griegos y romanos, que las consumían secas, en grano verde y con vaina. Por otro lado, El origen de esconder una haba en el roscón de Reyes como augurio de fortuna para el que se la encuentre, viene de la época de las fiestas romanas en donde se le entregaba una haba al “Rey de la Fiesta”. Más tarde, en épocas de escasez de trigo, cebada y centeno se llegó a utilizar la harina de harina de haba para hacer pan. Actualmente en Italia, se consumen dulces en forma de haba en el día de los difuntos. Algunas personas no toleran su sabor fuerte, por ello, una manera de suavizarlo es aromatizando el agua de cocción con laurel, menta u otra hierba aromática, otro modo es, una vez cocidas, pelarlas. En épocas de escasez de trigo, cebada y centeno, se utilizaba para hacer harina de haba para elaborar pan.