Una de las tareas que quizá más desapercibida pasa es el corte diario de planta que suele ser al alba cuando el día comienza a desperezarse y se siente el frescor de las briznas de hierba por la humedad del rocío a nuestro paso por la huerta. Cada planta, tiene su propia liturgia, su propio ritual a la hora de ser cosechada. Por ejemplo, los puerros en el mes de marzo se resisten a ser arrancados ce la tierra con la humedad de las últimas lluvias antes de la primavera y ese contraste de humedad y calor primaveral hacer que la tierra se compacte mucho y cueste recogerlos. A veces hay que hacer hueco para llegar a las raíces y seguir la tendencia de su bulbo para poder ser extraído sin que se descabece. El olor que nos deja en las manos nos acompaña todas las mañanas. A nosotros particularmente nos gusta mucho lavarlos y desollarlos para que salgan limpios y brillantes. Todo lo contrario que la remolacha que a la hora de sacarla de la tierra se deja llevar mientras sus hojas agradecidas te acarician la tez de la cara y la viveza de sus tallos te hace sentir que la naturaleza es poderosa. Las coliflores, lombardas, coles rizadas y romanescus requieren de navaja para cortar su tallo, ya cuando es una planta ya adulta su tallo va tomando un cariz leñoso. Posteriormente, tras deshojarlas, seleccionamos las 2-3 hojas con las que las presentaremos en la cesta. El ajo tierno también es otro compañero de viaje al que le gusta impregnar nuestras manos de fragancia natural y su cosecha es agradecida sin resistirse y qué decir de las habas para las que hace falta cierta mañana para extraer su vaina con un movimiento sutil de muñeca mientras se transita por sus calles. Cuando hacemos el penúltimo corte recordamos a Li Ziqi, conocida youtuber china por crear videos llenos de hermosura y simplicidad de preparación de platos artesanales en su pueblo natal de las zonas rurales de Sichuan, a partir de ingredientes básicos y herramientas que utilizan técnicas tradicionales.