Con el asentamiento definitivo del otoño y la caída de temperaturas en Gordexola (entre 5 y 6 grados menos que en el Gran Bilbao) llega la renovación de los cultivos que se establecerán en la tierra durante los próximos 5-6 meses y que a buen seguro nos traerán ricos manjares. Atrás quedaron los largos días con noches cortas, las temperaturas cálidas y las noches agradables al fresco, en otoño empiezan tarde o temprano a cambiar las temperaturas y las noches se vuelven frías, a veces gélidas. Algunos cultivos, como la col rizada de verano o algunos pimientos Gernika debemos pensar en cambiarlos y retirarlos aunque aun estén en producción. Por eso es importante irse adelantando e ir implementando las rotaciones. Llega también la preparación de la tierra, alimentarla con abono suficientemente descompuesto a la vez que se entierran los restos de la cosecha anterior, dejarla mullida para que las nuevas plantas se asienten y el riego de lluvia natural haga su función. Las coles rizadas, los brócolis, las coliflores, romanescus, espinacas, kal, ajo tiernos y acelgas irán colonizando los invernaderos y los puerros este año sobre plástico de acolchado para evitar la proliferación de hierbas, las habas en sus surcos y más coles irán habitando la huerta al aire libre mientras vamos cosechando la calabaza. Todo cultivado de manera escalonada, y en la medida de los posible acolcharemos las coles y entutoraremos las habas para que resistan los vientos y protegeremos nuestras lechugas, cogollos y escarolas de limacos.