Después de dejar atrás la Navidad y algunas costumbres alimenticias más copiosas que puede suponer una sobrecarga para el organismo, puede que nos sintamos con la «cuesta de enero» en la talla del pantalón» y nos fijemos como nuevo propósito compensar eso demás que hemos ido acumulado. Los entendidos en nutrición suelen sugerir evitar las salsas y apostar por los purés, cremas y caldos de calabaza, brócoli, coliflor…, beber agua cinco o seis veces al día (si es con limón más9 antioxidante aún), mejor entre horas, y zumos naturales; caminar hora y media al día; cocinar sano, platos a la plancha, al horno, hervidos, al vapor, evitar el consumo de sal refinada, utilizar aceite de oliva virgen para aliñar ensaladas, hacer proliferar la hoja verde en la mesa, recurrir a infusiones de anís, manzanilla para evitar la pesadez de estómago y recurrir a la fruta como amiga de entretiempo a la mañana, a mediodía y a la tarde…y el resto ya sabéis como sigue…. y tener como compañera de fatigas a una de las hortalizas más modestas de la huerta, que incluso tiene 3 nombres, desdeñada incluso en otros tiempos por las clases pudientes y, sin embargo, una fuente de salud impagable: la col, la berza o repollo. Pero como se llama realmente, ¿berza, col, repollo?. Lo textos dicen que todas ellas pertenecen a la especie Brassica oleracea, que incluye a la coliflor, el brécol y las coles de Bruselas. En Gordexola la llamamos col rizada para distinguirla de otra variedades, aunque a nivel culinario se la conozca como repollo, siendo la berza la variead lisa. Es una fuente de salud en sí misma. Rica en potasio, calcio, magnesio, ácido fólico y varias vitaminas (A,C,B3…), tiene facultades antibióticas, antirreumáticas, anticatarrales, vermífugas, antidiabéticas, cicatrizantes y anticancerígenas (por la acción antioxidante contra los llamados ‘radicales libres’). Su caldo es un magnífico bálsamo para nuestro sistema respiratorio. Es muy poco calórico y tiene gran contenido en fibra, lo que depura nuestro aparato digestivo, por lo que también es buena para la prevención del cáncer de colon. Aunque su fuerte olor durante la cocción (que se combate añadiendo a la olla un poco de pan empapado en vinagre) y su facilidad para provocar flatulencia han quitado ‘glamour o etiqueta´ a las coles, Desde antiguo se conoce su eficacia para aliviar las digestiones pesadas. Y prueba de ello es que está presente en la coquinaria tradicional, acompañando -y suavizando- algunos de nuestros platos más contundentes: cocidos de garbanzos, alubias de embutidos y tocino.. Lo más habitual entre nosotros es es cocerla junto a alguna otra verdura y patatas y añadir luego un refrito de ajo. Un propuesta divertida y diferente es el ya popular chucrut (hierba agria) o col fermentada en salmuera. En la huerta de Gordexola es un espectáculo observarlas al aire libre como salen y acogollan como si fueran soles aquí y allá, Esta es la época más propicia para verlas en su máximo esplendor y tamaño.