Si atendemos a la máxima de «cuando La primavera susurra: Todo lo viejo da paso a lo nuevo», en cada rincón de cualquier huerta hay una muestra de vida que se abre, a través de una brizna de hierba que brota de la tierra, de una flor que se abre al misterio de la vida o las hojas de una planta que hacen suyo en su interior el brillo de la energía del universo que el sol traduce en alimento con su luz perenne. Y así, la naturaleza hace suyo ese proverbio inglés, `walk the talk´ que expresa todo su esplendor en su andar, en su crecimiento en su devenir, nos regala bellas estampas de plenitud como en el caso de las lechugas, cogollos, escarolas de la familia de las compuestas y de la acelga, tanto en invernadero como al aire libre cuya presencia habla por sí sola, en crecimiento masivo y armonioso, en sabor, en vistosidad, color y crocancia, todo se sincroniza, todo se alinea con la naturaleza, todo eclosiona en este mayo que mayea. Para los amantes de las ensaladas, mayo es su mes con mayúsculas.