Este año gracias a la preparación de semilleros durante el inverno vamos a poder recuperar el tomate al aire libre que plantamos en el 2019. Esta vez lo hemos hecho de manera temprana para evitar las tormentas de finales de agosto. Todos los años hacemos algún experimento de planta y variedades en la huerta para conocer la respuesta de los cultivos y seguir apostando por ella o no en los años venideros. Este año haremos esta con tomate de diferentes variedades de piel fina (tomate azul, tomate Asturias, tomate Rosa de Barbastro, algo de tomate de Arechabaleta, algo de tomate de Loidi). Para ello nuestros compañeros de la huerta junto a lxs compañerxs del taller prelaboral han montado una estructura de tepees con 4 cañas de bambú para entutorarlos cuando lo necesiten, distribuyendo una caña por tomate. Este sistema es recurrente también con Vaina y alubia. Uno de los factores más determinantes para que el tomate prospere al aire libre suele ser la temperatura. La planta requiere en promedio temperaturas de 18 a 26°C, mientras que la temperatura del suelo no debe caer por debajo de 14°. Otro de los factores es la aireación y el marco de plantación que suele ser más amplio que el de invernadero motivado por la disponibilidad de superficie y también por la expansividad y transmisión de las enfermedades provocadas por la humedad ambiental.