Si hay labores en la huerta al aire libre que requieren constancia y perseverancia, una de ellas es el aporcado de la patata tras la siembra en caballones o mesetas, tarea manual y artesanal cuando se hace en ecológico en nuestras latitudes y fundamental para el devenir futuro de su cosecha a finales del mes de agosto, ya que ayuda en el drenaje para evitar excesos de agua, controla la proliferación de malas hierbas, y favorece el rendimiento y calidad de las producciones. El aporcado consiste en mover parte de la tierra que se encuentra entre los caballones, a las crestas y laterales de esta. Es recomendable que la tierra quede suelta alrededor y encima de las patatas de siembra. Esto permite un flujo de aire adecuado y espacio para que crezcan las raíces. Es recomendable realizar esta tarea varias veces a lo largo del ciclo de cultivo (2-3 veces). De esta manera se garantiza una cobertura constante y adecuada a medida que crezca la planta. El aporcado se realiza en dos momentos claves, El primero es en el momento de la plantación, ya que la técnica de plantación se basa en acaballonar el cultivo. El segundo momento es cuando las plantas alcanzan 15-20 centímetros y las malas hierbas empiezan a aparecer aportando cobertura de tierra en la base de la planta y después repetir cada 3 semanas añadiendo unos centímetros de tierra. Esta labor evita que los estolones se conviertan en tallos. De esta manera, se incrementará el número de raíces por planta y por lo tanto, el número de tubérculos. Ha de hacerse rápido para que no queden expuestos al sol y verdeen ya que necesitan oscuridad dentro del suelo para crecer adecuadamente. Este trabajo esmerado favorece el desarrollo de las raíces, oxigena el suelo, favorece el crecimiento erguido de las plantas, permite la eliminación de malezas, y evita la contaminación por enfermedades.