Desde hace algunos años el término Real Food o realfooding, es tendencia en muchas de las publicaciones que hablan de hábitos alimenticios como estilo de vida que promueve el consumo de alimentos sanos, es decir, alimentos que han sido mínimamente procesados o alterados, y por ello, se evitan los productos ultraprocesados a toda costa, es decir, todos aquellos alimentos frescos y buenos procesados que conservan todos sus nutrientes. De estos alimentos se puede extraer un valor nutritivo alto y de calidad, sin alteraciones. Por ello, este movimiento se ha convertido en un auténtico estilo de vida, además, quienes lo siguen defienden el derecho no sólo a una alimentación saludable, sino también respetuosa con el medioambiente. Por un lado, algunos ejemplos de alimentos frescos serían las hortalizas, frutas, y frutos secos, carnes y pescados, semillas, tubérculos, leche fresca, huevos, café o infusiones. Por otro lado, aquellos conocidos como procesados saludables (cuyo porcentaje de ingredientes añadidos es entre el 5 y el 10% sin disminuir o alterar el valor y la calidad nutricional de dicho alimento) serían el pan integral, el aceite de oliva, gazpacho, bebidas vegetales, legumbres cocidas, lácteos, chocolate negro…Seguir este tipo de alimentación natural como forma de vida recurriendo especialmente a los del primer grupo de manera constante (alimentos ecológicos y lo más frescos posibles, es decir, recién cosechados) es una manera de acercar e integrar la naturaleza circundante con sus 4 estaciones , cambios y variaciones en nuestras propias células y tejidos, ya que el mundo vegetal comparte el mismo suelo, sea una hortaliza o un árbol. Algunos árboles como el roble madre que aparece en la imagen, nos avanza lo venidero y nos conecta con la esencia de la naturaleza que le acoge.