Todas las semanas recorremos el gran Bilbao y Las Encartaciones con nuestra furgoneta a la que ya le contemplan más de 170.000 kilómetros y algunas «arrugas» fruto de su uso. Gracias a ella podemos haceros llegar las cestas cada semana a las personas particulares y los pedidos a las tiendas. Además de llevar a las casas las hortalizas sanas y frescas de la huerta, lleva un valioso mensaje a modo de leit-motiv que transmite muchos aspectos esenciales del proyecto Biozaki, como empresa de inserción, y una manera de entender la agricultura en el que el cuidado de las personas, la alimentación saludable y el cuidado de la salud, la proximidad, la economía circular y la cooperación en red están en el centro de todo el proceso. Nosotros y muchas personas que son asiduas a nuestras cestas sabemos que este es uno de los caminos que nos conducen a la sostenibilidad en todos los procesos de la vida, en lo social y en lo laboral por el apoyo a personas en situación de vulnerabilidad y la generación de empleo, en lo económico, por dinamizar y contribuir a la activación de la economía local y la social, en lo cooperativo porque se fusionan y generan oportunidades de colaboración bidireccional que amplifican los proyectos de los que se retroalimentan entre sí y en lo natural, porque las personas que nos vinculamos con este proyecto nos armonizamos con la naturaleza y sus ciclos, minimizamos la huella ecológica y valoramos la tierra como un bien preciado que nos ha sido cedido para su cuidado. Toda esta tridimensionalidad funcional sólo es posible gracias a la suma de cada una de sus partes, desde las personas colaboradoras que nutren con sus pedidos la estimulación de la producción hasta la entidad social (Cáritas Bizkaia) que se encuentra detrás apoyando esta empresa de inserción como modelo de gestión que reconoce unos valores y una forma de entender el acompañamiento desde un enfoque humano.