Ya nos recordaban los Beatles que las fresas nos ayudan a sintonizarnos, pero en este caso con la primavera y sus ciclos. Este mágico fruto del bosque vive su segunda parte en la huerta de Gordexola después de aquella plantación iniciática de 2019 con la variedad mara de bois. Este año apostando por este cultivo plurianual y su máxima expresión reconocida en las mermeladas del proyecto de transformación de Ecoberri, ampliaremos nuestra parcela de fresa con una nueva tanda de 560 plantas repartidas en un 60% de la variedad Mara de bois y un 40% de la variedad Charlotte, ambas reflorecientes o remontantes, es decir que se reproducen dos veces al año y también ambas producen fruto de junio a octubre. En el caso de la Charlotte su fruto es algo más resistente, grande y rojo brillante que la Mara de bois, pero las dos son muy aromáticas y productivas. En la imagen aparecen nuestros compañeros Iñaki y Hassan mientras extienden la malla geotextil porosa para evitar las malas hierbas sobre bancales sobre elevados que actuarán de barrera física contra los moluscos (fundamentalmente babosas y caracoles), aunque de vez en cuando las aves a veces también se acercan. La importancia de la elección del bancal sobre elevado como sistema de cultivo tiene su sentido porque evita que pisemos el suelo preservando su estructura y se forme la suela de labor, mejorando así la aireación de las raíces de la plantas y el suelo a su vez mejora su capacidad drenante durante todo el año. La técnica de acolchado con paja u otros materiales encaja muy bien esta disposición de cultivo tanto para protegerle, aumentar la temperatura del suelo y favorece el acceso a nutrientes. Así mismo, la postura de trabajo mejora ligeramente al estar elevada la superficie de cultivo de 30 a 50 cm evitando así que la espalda sufra tanto.